Después de comer he hecho la prueba de nivel de inglés. Podéis pensar que he vivido otra odisea para ir y volver allí, pero no ha sido así porque ayer a la vuelta usé mi intuición para coger el camino más corto (con derivada primera nula y derivada segunda menor que cero) y hoy he seguido ese camino para tardar la mitad del tiempo que estuve ayer caminando bajo el sol.
La prueba ha sido lo típico: rellenar huecos, leer, escuchar y hacer una redacción. Con las dos primeras partes sin problemas, alguna que otra he puesto con duda pero nada serio.
El listening... mi viejo amigo. Esta vez lo hemos escuchado de un CD y por unos altavoces que en calidad hacían la competencia al chino que está al lado de mi piso [que por cierto tiene ramen caducado de hace más de un año].
En el writing he contado lo que hago en mi día a día, en mi tiempo libre, lo que voy a hacer este fin de semana y lo que he hecho en verano; si no hubiese límite de palabras ni de espacio le hubiese dicho que he estudiado para suspender, que es lo que me mola a mí [soy así de raro], pero sólo he podido decirle que he estudiado, a secas. Al final de la redacción me he dado cuenta de que mayormente he usado el presente simple, cosa que primero me ha preocupado porque parece que mi nivel de inglés ronda el de un niño de 12 años, pero luego me he dado cuenta de que contando lo que hago cada día pues es lo que hay, no voy a meter tiempos verbales por meter, ¿sabéis?
De vuelta al piso he descubierto la entrada secreta al hangar de los X-Men como podéis ver en esta foto
La mitad restante de la tarde la he dedicado a pensar en lo que voy a comer estos días, que me estoy quedando sin cosas para almorzar y mis habilidades culinarias están empatadas con las de un manco. Ah, también he jugado un rato al God of War: Ghost of Sparta, juegazo para PSP.
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